Es el EQUINOX.
Voltereta lanza este nuevo EP como un homenaje a lo estático, a lo que permanece, a lo que dura, a lo aparentemente aburrido, inmóvil, extenso o mantenido, al cambio imperceptible, inmutable o misterioso. Una exploración del espacio entre las cosas, a través de sus restos, independientemente de los ciclos, del tiempo y del espacio.
«Nubla» es un álbum conceptual enfocado en el cuerpo y el movimiento. Ocho nuevos temas en los que Voltereta explora los impulsos internos del cuerpo, proponiendo una mirada íntima en un contexto social de sobreestimulación.
Se trata de un trabajo de opuestos, desbordado, en el que la búsqueda de certezas se da de bruces con la contradicción, donde las fronteras no quedan claras y los límites se desdibujan, presentando un horizonte nebuloso en apariencia, pero rico en detalles e inevitablemente cíclico.
Encontramos aquí un disco de sonoridad fluida, casi líquida, música perseverante que oscila entre distintas densidades e intensidades: de la melodía al ruido, de la fuerza bruta a lo liviano, de lo trascendente a lo cotidiano.
“La vuelta al cuerpo”, comenta Voltereta, “nos impone otro tipo de ritmo más conectado a la vida. No desde un punto de vista neorromántico o de armonía total inalcanzable, sino como contrapeso ante las exigencias devastadoras de la sociedad de consumo y la economía de la atención. Este álbum es una invitación a la resistencia, frente a la imposición de ser constantemente productivos, eficientes, rápidos, determinados, seguros y además estar en forma y ser 100% felices.
Me interesaba investigar cómo puede sonar un cuerpo que posee su propio tiempo, que desea, que camina sin rumbo, que descansa, que está en silencio y también un cuerpo que alza su voz, que celebra, que está de fiesta, que juega, que salta, que danza. «Nubla» es, pues, un homenaje a todos esos cuerpos que se mueven libres, vulnerables y valientes.”
Los cinco temas de este EP cuentan la historia de la construcción de «Cabezas Bien Altas», un lugar imaginario al que sus habitantes llegaron después de que su ciudad de origen quedara sepultada bajo el mar.
¿Qué marcas del pasado se dejan en las construcciones, esculturas, ornamentos, pliegues y calles de las nuevas ciudades? ¿Se puede dotar de historia a un lugar que no la tiene? ¿Cómo conservar la memoria de un lugar cuando ha desaparecido?
La idea de este trabajo apareció por sorpresa una noche en forma de sueño. “Una gran ola se estaba acercando”, cuenta Voltereta, “iba a arrasar la isla en la que estábamos y a nadie parecía importarle, había un ambiente festivo y de expectación, era un momento único. Cuando el agua finalmente destruyó la isla, todo el mundo salió nadando, como si nada, hacia el trozo de tierra más cercano”.
El tema «Castigo Al Mar» está inspirado en la historia de la “flagelación del Helesponto”.
Se cuenta que el rey Jerjes I de Persia, después de una tempestad que destruyó completamente un puente que él había ordenado construir, infligió al mar de Dardanelos una flagelación, al haber cometido una injusticia y una ofensa personal contra el rey.
El castigo se llevó a cabo, según la voluntad de Jerjes I, infligiendo al mar 300 azotes acompañados de una terrible y ofensiva maldición.
La idea de la que nace este EP es la búsqueda del hogar, la adaptación y el encuentro de la propia identidad lejos del lugar de origen. O cómo el vivir en un sitio nuevo remueve, de forma súbita, todos los cimientos.
En la mitología griega, Hestia es la diosa del fuego que da calor y vida a los hogares. Desde esta inspiración y, a partir de varias experiencias de cambios de ciudad y de país, Voltereta da forma a estos cuatro temas.
Las melodías aquí se presentan como guía de una experimentación más avanzada a nivel sonoro. Un órgano viejo, sonidos de puertas, chasquidos, lluvia y otras grabaciones recogidas en Gdańsk, Košice, Berlín, Barcelona o Villena están muy presentes en este trabajo.
Hay espacios abiertos, amplios, avenidas inabarcables y hay también rincones y esquinas de alguna casa vivida. Un EP que abre otra etapa, como una rendija que deja pasar la luz e inunda toda la estancia.
«Grim» es un álbum distópico y surrealista que toma influencias del cine y la literatura.
Por un lado, este trabajo trata de captar la atmósfera de películas como ‘Eraserhead’ (David Lynch, 1977) o ‘Alphaville’ (Jean-Luc Godard, 1965). Por otro lado, hay un intento de traducir a lo sonoro las aspiraciones y limitaciones de los personajes de las novelas ‘Fahrenheit 451’ (Ray Bradbury, 1953), ‘Un mundo feliz’ (Aldous Huxley, 1932) y ‘1984’ (George Orwell, 1948).
La preocupación y la nostalgia se imponen como si la realidad fuera mirada desde muy lejos a través de unos prismáticos baratos. La esperanza aparece como algo dulce y comercializable. Así, «Grim» acaba convirtiéndose en una falsa banda sonora, como si hubiera sido compuesta para una orquesta clásica post-futurista.
«Blindaje para puertas automáticas» es un trabajo experimental de menos de 12 minutos, producido en una noche del año 2008.
Se trata de una reflexión acerca de sentirse seguro, de los lugares y entornos en los que desarrollamos un encierro automático. Cómo entrar, cómo salir, cómo regodearse en la comodidad o en lo perjudicial.
Se sacuden beats desordenados, ruidos y distorsiones, como si lo digital intentara convertirse en naturaleza, sin éxito, una y otra vez. Siempre da la sensación de estar a oscuras en habitaciones con ventanas como puntos suspensivos.